viernes, 12 de junio de 2009






Dicen que los ojos son el espejo del alma, mientras que los museos son los ojos de las ciudades, a través de los cuales los visitantes pueden aprender la historia de las mismas, así como su desarrollo y su prometedor futuro.
Si quiere conocer más sobre China, visitar sus museos es una buena opción. A parte de algunos museos famosos, como el Museo Imperial de la Ciudad Prohibida o el Museo de la Capital, un sinfín de pequeños y más especializados museos preserva una historia que quizá también resulte atractiva al visitante extranjero.
El Museo Nacional del Té de China
Situado en el poblado de Longjing o villa del Pozo del dragón, en un área de cultivo del té al sur del distrito del Lago del Oeste en Hangzhou, este museo fue abierto al público en octubre de 1990. ocupa un área de 3.500 metros cuadrados, y comprende cuatro grupos de edificios en los que se dan a conocer a grandes rasgos las tradiciones de cultivo del té en las regiones del sur del río Yangtze. Aquí, uno puede aprender sobre la historia del té, las mejores variedades existentes y la tradición de la ceremonia del té en China.

Los cuatro edificios acogen respectivamente una sala de exposición, una sala para catas de diversas variedades de té, una para asistir a la ceremonia tradicional del té y una sala multifunción. El primer edificio está dividido en seis zonas de exposición: la historia del cultivo del té, las variedades y distribución de los cultivos del té en China, acontecimientos relacionados con el té, utensilios usados en la antigüedad y hábitos de la cultura del té en diferentes partes del país. Los visitantes también pueden aprender acerca de los aspectos científicos y tecnológicos del cultivo y procesamiento del té. El segundo edificio ha acogido durante estos años numerosos eventos, seminarios, conferencias e intercambios internacionales relacionados con la cultura del té. Los edificios número tres y cuatro sirven como espacios para beber té y asistir a las ceremonias rituales típicas de diferentes provincias y también de países extranjeros.

Uno de los museos más importantes de la ciudad de Hangzhou, el Museo Nacional del Té de China está enmarcado por verdes colinas y plantaciones de té, y numerosos árboles y flores proporcionan al visitante una agradable sensación de tranquilidad y relax.