jueves, 1 de diciembre de 2011


Mujer sioux, Manitoba 1909. Winnipeg Photo Company/National Archives of Canadá

La naturaleza de estos indios se inclinaba hacia los extremos. Por ejemplo, la infidelidad en el matrimonio era castigada con la deformidad o amputación de algún miembro, la infracción en las normas de caza conllevaba la destrucción del tipi y propiedades, los plañideros se autolesionaban a sí mismos durante los entierros... Los sioux creían en un "todo penetrante" y omnipotente Dios, Wakan Tanka o el Grande Misterio. Las visiones religiosas eran muy cultivadas, como en la ceremonia furiosa del baile del fantasma.

El culto al Gran Misterio era solitario, silencioso, libre de todo egoísmo. El primer "hambeday" o retiro religioso, marcaba una época en la vida del joven. En la hora solemne de la salida o puesta del sol, ocupaba su puesto, y allí permanecía, desnudo, de pie, silencioso e inmóvil, expuesto a los elementos y fuerzas de su interior durante una noche y un día, o dos noches y dos días. Cuando regresaba al campamento tenía que permanecer a cierta distancia hasta que había tomado el baño de vapor y se había preparado para la relación con sus semejantes; de la visión o signo que el Gran Misterio le había concedido no hablaba.

En el relato sioux de la creación, el Gran Misterio permanece en segundo término. El sol y la tierra, que son los principios masculino y femenino, son los elementos principales. El sol penetró en el seno de la Tierra y esta concibió y produjo la vida vegetal y animal. Misteriosamente apareció Ish-ná-cha-ge, el "primogénito", que creó un compañero, ("el hombre muchachito") inocente, confiado e indefenso. Su hermano mayor fue su maestro, y las reglas que estableció y los consejos que le dio son el origen de muchas de las creencias más arraigadas y costumbres más sagradas de los sioux.

Enterramiento sioux 188-. David Frances Barry/Denver Public Library

La que tal vez fue la organización más notable fue la de la "Gran Cabaña de la Medicina". En esta sociedad, los ancianos, sobre todo, enseñaban exhaustivamente los usos de todas las raíces y hierbas curativas. Un banquete de misterio, o de medicina, no era una cosa pública, ya que los miembros lo eran por elección. Nadie podía ser miembro si su reputación moral no era excelente, y todos (tanto mujeres como hombres) estaban a prueba uno o dos años.

La Gran Danza de la Medicina se celebraba para iniciar a los candidatos que habían terminado su período de prueba, de los que se seleccionaban un número suficiente para cubrir a los que habían muerto desde la última reunión. El hombre medicina poseía un gran magnetismo y una gran autoridad personal. En todas las ceremonias guerreras y en medicina se utilizaba una pipa especial. El celebrante la enciende gravemente y fuma una o dos veces, luego en pie, la sostiene en silencio hacia el Sol, el padre, y hacia la Tierra, la madre.

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